La Batalla Contra el Retamo Espinoso en Bogotá
- Felipe Londoño
- Apr 27
- 4 min read

Un Desperdicio de Recursos y la Lección del Bosque de la Lechuza
En Bogotá y muchas regiones de Colombia, el retamo espinoso (Ulex europaeus) ha devastado los ecosistemas nativos, mientras los esfuerzos institucionales han sido ineficaces. A pesar de décadas de investigaciones, los recursos se han malgastado en estudios repetitivos que no han detenido la expansión de esta plaga. Quiero contarles, con detalle, cómo esta situación ha llevado al despilfarro de recursos, y cómo una solución práctica y sencilla, como la que implementamos en el Bosque de la Lechuza, podría hacer una gran diferencia.
La Proliferación de Estudios Repetitivos
Una búsqueda rápida en internet con las palabras “retamo espinoso Colombia” arrojará decenas de estudios, informes y proyectos, todos enfocados en documentar el problema sin aportar soluciones reales. Se han publicado al menos 50 estudios que, en esencia, repiten la misma información: el retamo es una especie invasora que amenaza la biodiversidad, se dispersa rápidamente y es difícil de controlar. Lo más alarmante es que, a pesar de estas publicaciones, el retamo sigue ganando terreno, y el desperdicio de dinero público sigue siendo la constante.
Cada una de estas investigaciones, financiada con recursos públicos, parece un eco de la anterior, sin presentar soluciones concretas con presupuestos detallados o acciones efectivas. Aquí algunos ejemplos:
Estos estudios no mencionan claramente cuánto cuesta la erradicación por hectárea ni presentan un seguimiento adecuado. Es hora de que los bogotanos y sus ediles exijan transparencia y un uso más eficiente de sus impuestos.
¿Cuánto Costaría Erradicar el Retamo?
El estimado de hectáreas invadidas por retamo espinoso en Colombia, según el IGAC, es de 83.000 hectáreas. Sin embargo, sería interesante entender la realidad de este fenómeno en Bogotá específicamente, donde el problema afecta áreas clave como los Cerros Orientales y zonas periurbanas.
El costo de erradicación por hectárea es aún más alto de lo que inicialmente se estimaba. En cuanto a los cálculos generales, si dividimos los costos proyectados por 4.000 pesos, llegamos a una suma asombrosa: aproximadamente 2 billones de dólares para erradicar el retamo a nivel nacional. Esta cifra refleja la magnitud del problema y la necesidad urgente de tomar medidas más eficientes.
La Experiencia del Bosque de la Lechuza: Un Enfoque Eficaz a Bajo Costo
En el Bosque de la Lechuza, enfrentamos una invasión de retamo espinoso hace 25 años, cuando el abandono de tierras en la Hoya del Teusacá permitió la rápida expansión de esta especie. Sin embargo, logramos controlar la plaga con una técnica simple y eficaz que podría replicarse fácilmente en otras áreas:
Derribo manual: La planta se doblega con un lazo, exponiendo el tallo cerca del suelo.
Corte y prevención de rebrote: Se corta con un serrucho.
Vigilancia constante: Mantenemos un guardabosques que, además de otras tareas como la “siembra de agua”, recorre la reserva con machete al cinto y elimina cualquier retoño de retamo. Corte y volver a cortar en un año y luego al siguiente los rebrotes. Es n proceso de erradicación a 3, 4 años.
El guardabosques también lleva a cabo la siembra de agua, que consiste en cavar zanjas y crear microembalses para retener el agua de lluvia y humectar el suelo. Esto evita la erosión y los deslizamientos, comunes en esta región debido a las lluvias torrenciales. Las lluvias, aunque no pudren el suelo, lavan los nutrientes, arrastrándolos con el agua superficial, causando erosión y afectando la calidad del suelo.
Los Bosques Nativos No Se Siembran, Retoñan
A diferencia de lo que se propone en muchos de estos estudios, los bosques nativos no necesitan reforestación activa. En el Bosque de la Lechuza, hemos aprendido que el bosque retoña solo. No es necesario gastar en la siembra masiva de árboles, que generalmente fracasa. Hemos visto cómo las entidades distritales y ambientales han sembrado miles de árboles en áreas similares, con un costo mínimo de 50 mil pesos por árbol. Sin embargo, al poco tiempo, el paisaje se llena de arbolitos muertos debido al frío, la radiación solar, las granizadas, las heladas o la falta de agua. Este es otro ejemplo del desperdicio de nuestros impuestos.
En el Bosque de la Lechuza, el ecosistema se regenera de manera natural. En 30 años, hemos visto el crecimiento de arbustos, y seguramente tomará otros 30 años para que el bosque madure. Este proceso de restauración no es costoso en términos de dinero, pero requiere paciencia. 60 años es una vida. Yo comencé hace 30 años, y serán mis hijas quienes vean el bosque en su esplendor, con los tigrillos y otras especies volviendo a habitar su entorno natural.
Conclusión: Un Llamado a la Acción
Es urgente que replanteemos nuestro enfoque hacia la erradicación del retamo espinoso. En lugar de seguir gastando en estudios repetitivos y siembras fallidas de árboles, debemos implementar soluciones prácticas y duraderas, como las que hemos desarrollado en el Bosque de la Lechuza. Este es un llamado a los ediles de Chapinero y a la prensa para que investiguen a fondo cuánto dinero se ha invertido en estos esfuerzos ineficaces y exijan un cambio.
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